Análisis crítico de Políticas Públicas del Estado Plurinacional referentes al empleo juvenil y sus retos futuros.
Geraldine Gabriela Portanda Jordán**[1]
Resumen: En el trabajo se hace referencia a la necesidad de encaminar esfuerzos para la creación de fuentes de empleo para el sector juvenil, con el fin de fortalecer el aparato estatal y promover la reactivación de la economía, después de la emergencia sanitaria vivida a nivel internacional se debe enderezar la interacción gobierno-sociedad para la proposición de políticas públicas, a modo de promover un ambiente macroeconómico próspero que sea benéfico para el empleo decente, pleno y productivo, este análisis está dirigido a encaminar soluciones coherentes que promuevan la generación de empleo en el país para los jóvenes.
Palabras clave: Políticas de empleo, reactivación económica, juventud.
1. Descripción del problema.
El empleo de jóvenes y de mujeres no es un tema de ingresos y trabajo, también es de educación, además de expectativas personales; es un mecanismo esencial de su inclusión y cohesión en la sociedad.
La crisis sanitaria actual está sacudiendo a las economías del sector formal e informal en Bolivia, ha dejado al país con un trasfondo de incertidumbre y zozobra sobre el futuro de negocios, empresas, empresarios y trabajadores, en especial los trabajadores jóvenes que han sido uno de los sectores más afectados y vulnerados.
Todos hemos sido testigos de los esfuerzos del Gobierno central a fin de paliar las consecuencias negativas que ha dejado la emergencia sanitaria, nuestro aparato estatal ha sido uno de los más afectados al tener que absorber gastos y costos que no estaban previstos en los planes de ninguna de las instituciones del estado, Bolivia ha puesto en práctica políticas públicas tendientes a mejorar el impacto que tuvo y tendrá el Covid en la sociedad boliviana, en temas de salud, protección social y educación principalmente.
El universo de trabajo de los jóvenes en Bolivia anterior a la pandemia se mostraba vulnerable, ante las consecuencias sociales y económicas del medio, sumado a esto debe considerarse las condiciones de trabajo precarias y la falta de protección jurídica y social del estado al sector juvenil, las limitadas oportunidades de formación y de progreso profesional ponen en tela de juicio aquellas acciones en las que el gobierno debería trabajar a partir de esta gestión, a fin de sobrellevar el impacto socioeconómico, para la cual es necesaria una respuesta equilibrada y colectiva. Se debe considerar y analizar las políticas activas de empleo a fin repensar la manera en la que se concibe al trabajo hasta nuestros días. La calidad del empleo es parte de la calidad de vida de una sociedad.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística del censo de año 2012, del total de la población nacional los jóvenes representan aproximadamente el 25%, por lo cual debería procurarse desarrollar avances a fin de garantizar mejores oportunidades para los jóvenes en edad de trabajar, poder garantizarles estabilidad y continuidad, reducir las arraigadas brechas de género a la hora de contrataciones y evitar daños a largo plazo en las perspectivas laborales de la juventud.
Existen temas específicos reales, jóvenes sin posibilidad de ejercer su profesión por la falta de experiencia, jóvenes mujeres despedidas por el hecho de ser madres, largos procesos de reclutamiento, exámenes y pruebas y sobre eso periodo de prueba, trabajos que evaden la seguridad social y empleos informales.
Todo lo antes mencionado logra que jóvenes capacitados no alcancen trabajos “dignos”, la desesperación desencadena que puedan optar por trabajos mal pagados con un salario por debajo del mínimo nacional, sin garantizarles seguridad social, sumadas a otras desigualdades, plagan los mercados laborales, la transición hacia el empleo decente representa un reto enorme para las personas jóvenes, incluso en tiempos de máxima bonanza económica.
2. Antecedentes del desempleo Juvenil.
De acuerdo con la página web de la Organización Internacional del Trabajo, “las personas jóvenes trabajan en sectores e industrias especialmente afectadas por la pandemia”.[2]
El desempleo juvenil en Bolivia es un tema principal de investigación en instituciones nacionales e internacionales como CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas), debido a las altas tasas registradas en el país y por los efectos tanto sociales como económicos en los jóvenes como resultado de la precariedad laboral de los mercados de trabajo, que produce a veces cuestación y usurpación progresiva de riqueza en pocas manos. [3]
Todas las partes de la sociedad deben involucrarse a fin de lograr sinergia en la generación de oportunidades, gobiernos, organizaciones, instituciones académicas, sector privado y jóvenes.
Las evaluaciones deben considerar las oportunidades de trabajo y la capacitación a los jóvenes, se debe reflexionar sobre aspectos apremiantes de la educación que influyen en el mercado trabajo, capacitación en línea para garantizar la continuidad de programas de prácticas y aprendizaje, creación de nuevos programas de potenciamiento de habilidades y la resiliencia que necesitan para tener éxito.
Existen razones valederas para sustentar que los jóvenes trabajadores son los más afectados, se les ha recortado horas laborales o han sido despedidos, muchas veces la falta de contactos profesionales les hace difícil la búsqueda de otro trabajo, esta situación pone aún más en evidencia el cataclismo económico producido por la pandemia Covid-19, debe considerarse reconstruir un modelo económico en donde se considere el trabajo de los jóvenes como motor de la economía.
Las nuevas generaciones muchas veces tienen más años de educación que las generaciones previas, mayor dirección de las nuevas tecnologías de información y son más adaptables a las condiciones de las sociedades, por lo cual se esperaría que tengan mayores oportunidades de acceder a mejores condiciones laborales y de incorporarse a trayectorias laborales ascendentes, pero esto no siempre sucede.
El aumento del desempleo juvenil no solo perjudica a los implicados, sino que conduce también a elevados costos a largo plazo para las sociedades. Incorporarse al mercado de trabajo en una recesión puede provocar en los jóvenes una pérdida de ingresos significativa que podría prolongarse durante toda su carrera.[4]
Los problemas del empleo juvenil se mancomunan a la situación general del empleo en un país. [5] La tasa de desempleo de la población juvenil es dos o tres veces mayor que la de la población adulta. Este problema se ha arrastrado durante muchos años y es uno de los objetivos de cambio en las agendas de las organizaciones internacionales por ejemplo con los ODS.
La Agenda 2030 recuerda que “el desempleo, en particular entre los jóvenes, es una preocupación fundamental”. [6]
La normativa boliviana respecto a la protección de los derechos laborales de los jóvenes se visualiza en la Constitución Política del Estado en su Artículo 48[7], que menciona:
I. Las disposiciones sociales y laborales son de cumplimiento obligatorio.
VII. El Estado garantizará la incorporación de las jóvenes y los jóvenes en el sistema productivo, de acuerdo con su capacitación y formación.
Al hablar del empleo juvenil, no solo se hace referencia a puestos de trabajo; el empleo juvenil incorpora; derechos, protección, voz y representación, tiene sus propias particularidades, entre ellos la falta de experiencia laboral, reglamentos estrictos del mercado laboral; la divergencia entre las capacidades y anhelos de los jóvenes, las limitaciones para el trabajo independiente y el desarrollo de ideas de negocios. En este sentido una participación democrática en el diseño de políticas públicas tiene que comprender a ambos actores gobierno y ciudadanía, en busca de resultados óptimos.
La Ley 342 de la juventud, expresa en su artículo 11 (Derechos sociales, económicos y culturales).[8]
Las jóvenes y los jóvenes tienen los siguientes derechos sociales, económicos y culturales:
2. A un trabajo digno con remuneración o salario justo y seguridad social.
3. A gozar de estabilidad laboral y horarios adecuados que garanticen su formación académica.
4. Al apoyo y fortalecimiento a sus aptitudes, capacidades y conocimientos empíricos.
5. Al reconocimiento de pasantías, voluntariado social juvenil comunitario, internado, aprendizaje y otros similares como experiencia laboral, en las formas de organización económica comunitaria, estatal, privada y social cooperativa.
6. A no sufrir discriminación laboral por su edad, situación de discapacidad, orientación sexual e identidad de género.
Además, en su Artículo 29. (Primer Empleo Digno), indica:
El nivel central del Estado, las entidades territoriales autónomas e instituciones públicas diseñarán políticas y estrategias de inserción laboral digna para las jóvenes y los jóvenes del área urbana y rural, mejorando las condiciones de empleo y de trabajo, a través de proyectos de capacitación y pasantías.
Con todo ello, reafirmamos la magnitud del impacto del programa Mi Primer Empleo Digno, ya que este se constituye en una mejora de la calidad de empleo para jóvenes.
3. Propuesta de Políticas Públicas para promover el empleo.
La concreción del objetivo de la política pública depende de la articulación entre Estado y Sociedad.
El Gobierno Central debería extremar esfuerzos promoviendo los siguientes aspectos:
1. Crecimiento económico que generará oportunidades de "empleo digno/decente” para los jóvenes.
2. Fortalecimiento del alcance y la eficacia de la protección social, garantizar que los jóvenes disfruten de condiciones de trabajo seguras.
3. Promoción de los derechos fundamentales en el trabajo.
4. Superar la desigualdad social y la brecha de género.
5. A pesar de que la normativa señala la estabilidad laboral, aún muchos empleadores evaden este derecho, por lo cual se debería elaborar y aprobar una legislación laboral que incorpore a los jóvenes y les garantice estabilidad y continuidad laboral.
6. Ofrecer estímulos a las inversiones de capital para creación de empresas nacionales, ofrecer créditos al sector juvenil a tasas de interés propias al sector, a manera de generar mayores emprendimientos en el país y mayor inversión.
7. Mejorar el sistema boliviano de pensiones, muchas veces las rentas no son económicamente suficientes, por lo cual la población mayor retarda su jubilación ocupando puestos de trabajo que pudieran ser desempañados por gente joven.
8. En cuanto al desequilibrio entre oferta y demanda laboral, las universidades deben adaptar las carreras disponibles según un plan nacional.
9. Las políticas a mediano y largo plazo tienen que orientarse a incrementar y diversificar la demanda laboral.
10. Fortalecer el tripartismo y el diálogo social, a través de un gobierno abierto.
11. Se propone realizar una revisión de presupuestos para programas, para generar equilibro entre ingresos y gastos y la sostenibilidad financiera, a fin del cumplimiento de POA y PDES en las instituciones públicas.
4. Conclusiones.
Debería plantearse políticas de empleo en Bolivia para crear oportunidades para la generación de empleos sostenibles y asegurar la reducción y eliminación de las desigualdades de género en el mercado de trabajo.
Las actuales escalas salariales no están acordes al alza del costo de vida, se debería proponer una política de regulación de precios.
El crecimiento económico es resultado del crecimiento de empleo y esto es lo que se debe tomar en cuenta para delinear políticas de empleo en el país, el incremento de trabajadores y de fuentes de trabajo que genere riqueza y no solamente la absorba.
Bibliografía.
· ABDALÁ, Ernesto, “Formación y empleabilidad en América Latina”. En: Molpeceres, Pastor: Identidades y Formación para el trabajo en los márgenes de sistema educativo. CINTERFOR / OIT. Montevideo, número 1, año 2004.
· BREWER, Laura, “Jóvenes en situación de riesgo: La función del desarrollo de calificaciones como vía para facilitar la incorporación al mundo del trabajo”, “Organización Internacional del Trabajo”. Volumen 19. OIT. Ginebra, Año 2005.
· FUNDA-PRO, “Estudio del Mercado Laboral en Bolivia. Un Instrumento para el Desarrollo del País”, Edit. La Paz, Primera Edición, La Paz Bolivia, año 2007.
· WELLER Jürgen, Los jóvenes y el empleo en América Latina, “Comisión Económica para América Latina y el Caribe”, Volumen 1, número 1, año 2006.
· Ministerio de Educación, “Estudio de articulación de la oferta pública del sistema de formación técnica y tecnológica con el sector productivo nacional y local”. Informe de Avance. Programa de Fortalecimiento de la Formación Técnica y tecnológica con el Sector Productivo Nacional y Local. La Paz, año 2003.
** Magíster en Administración de Empresas, con mención en Negocios y Gerencia Internacional. Actualmente desarrollando estudios de postgrado referentes a la Gobernabilidad, Gerencia Política y Gestión Pública. Administradora de Empresas y Abogada. Experta en gestión de políticas públicas y administración gubernamental. Practicante en la Secretaría General de la Comunidad Andina de Naciones, realizó trabajos como profesor universitario en el área de Administración y Gerencia Pública y Matemáticas Financieras. Es tribunal en tesis de Postgrado y Pregrado. Correos electrónicos: geri-gpj@hotmail.com; gportanda@comunidadandina.org. [2] Véase, Página Web Organización Internacional del Trabajo. https://www.ilo.org/global/lang--es/index.htm [3] WELLER Jürgen, Los jóvenes y el empleo en América Latina, “Comisión Económica para América Latina y el Caribe”, Volumen 1, número 1, año 2006, Pág.34-35. [4] FUNDA-PRO, “Estudio del Mercado Laboral en Bolivia. Un Instrumento para el Desarrollo del País”, Edit. La Paz, Primera Edición, La Paz Bolivia, Año 2007, pág. 5 [5] BREWER, Laura, “Jóvenes en situación de riesgo: La función del desarrollo de calificaciones como vía para facilitar la incorporación al mundo del trabajo”, “Organización Internacional del Trabajo”. Volumen 19. OIT. Ginebra, Año 2005, pág.1-5. [6]Véase, Página Web Naciones Unidas. https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/ [7] Véase, Constitución Política del Estado, Art. 48. Parágrafos I, VII. [8] Véase, Ley 342 de la Juventud, Art. 11, Numerales 2-6.
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